Conceptos
Clave:
Educación
social Ámbitos de impacto Fines funciones El Educador Social
Introducción:
En
esencia durante este ensayo te llevarás el sabor de lo que significa ser un Educador
Social, lo agrio de los mitos sobre la Educación Social y lo dulce de su
alcance.
Educación Social ¿a la
mesa?
Educación Social ¿necesidad de la alimentación o alimentación de
necesidades?
Uno de los
aspectos olvidados es la parte social naturalmente humana del proceso educativo
y que no sólo corresponde a aquellos que tienen el poder de lograr un cambio en
sus iguales, últimamente se ha dado énfasis a la necesidad de mirar de que
manera nuestra sociedad “cocina” a los ciudadanos del mañana y le da sazón a
nuestras relaciones, pero el detalle está en que poca importancia se ha dado a
mejorar la receta.
La Educación
Social nace y se alimenta de las necesidades de la población, y de los
ingredientes que los sistemas escolares han ignorado. Frente a continuas y
veloces transformaciones y las brechas que separan a sectores de nuestra
sociedad, los programas escolares no han podido deleitar completamente el
paladar de sus consumidores. Alumnos, maestros, padres de familia,
investigadores y la población en general conforma su identidad y conocimientos
más allá de las aulas (de hecho, dentro y fuera de ellas), por lo que para
consolidar las formas democráticas y llenar estos vacíos se crea la receta
infalible para acabar con este conflictos: la Educación Social.
Petrus Rotger
hace referencia en uno de sus artículos a una afirmación de “El libro verde de
la política social europea” con la que coincido y me parece importante citar:
“En una sociedad de cambio es competencia de la Educación Social
considerar y reflexionar acerca de la realidad que no es pero que debe ser”.
Es decir compete al Educador Social, sobre todo, detectar, analizar y
atacar los conflictos de la sociedad de raíz y no con “apagafuegos”,
condimentos innecesarios, vaciados por falta de información y orientación que
solamente dañan y dividen más a la sociedad.
Los comensales
Todos aquellos
que sufran de conflictos y sinsabores deben probar esta receta, de la variedad
de platillos bastantes son dirigidos a la llamada “marginidad urbana” sector
descrito por la autora Ponce de León como aquellos con rezago social,
económico, cultural, educativo y/o político, hombres y mujeres de las ciudades
que viven en ciclos de conflicto, que giran alrededor de “insalubridad,
morbilidad, mortalidad infantil, hacinamiento, promiscuidad, alcoholismo, y
violencia” como ella misma asegura. Este ámbito constituye uno de los espacios
de acción en los que la Educación Social debe intervenir para eliminar y
prevenir estos conflictos.
Otros sitios a
donde conviene “llevar la sopa” es a dónde hay ciudadanos faltos de apoyo en
sus proceso de rehabilitación social, con esta explicación me refiero a reos,
adictos, migrantes, trabajadores, compañeros, a todos los que tengan hambre,
individuos, familias o comunidades.
¿Para qué se sirve la sopa?
¿Qué sería de
nuestra sociedad si cada una de nuestras escuelas velara por formar HUMANOS
capaces de convivir de manera sana, viviendo día a día los valores sin mirar
los conflictos sociales como algo ajeno a la realidad? La sola posibilidad
suena como algo idílico, quizá no habría violencia, seríamos todos personas
empáticas y tolerantes, gente respetuosa entre la que no existirían
funcionarios corruptos o políticos deshonestos.
Con la siguiente
cita les invito a reflexionar:
“A
pesar de que los valores son las cuestiones más importantes que podemos
plantearnos en educación y aún cuando forman parte de contenidos y del proceso
educativo, no siempre aparecen considerados como tales en los programas
escolares”.
(Pereira,
1997, p.109)
Éste como muchos otros es un reto de la Educación Social, que más allá
de distribuir conocimientos, provoque el hambre de ellos, sed de valores y
antojo de desarrollar habilidades.
En el primer apartado mencioné los “huecos” de los sistemas escolares,
y junto con el ejemplo de este primer párrafo no busco desprestigiar la
actividad escolar, sino resaltar la importancia de la Educación Social, la cual
no se limita, ni debe desatender a las aulas.
¿Y el Chef?
En la cocina entre otros expertos debe estar el Educador Social,
PERSONA que labora desde una institución o dentro de un centro o comunidad y
dirige sus habilidades, actitudes y conocimientos a la población externa o de
su mismo medio, buscando no solo el desarrollo personal, sino social de cada
individuo, fomentando la unión y estimulando el crecimiento, previniendo y
atacando los conflictos sociales; destaco, que es ALGUIEN capaz de detectar e
intervenir para eliminar éstos conflictos, buscando alternativas y gestionando
las actividades educativas que se requieran con creatividad y criterio.
Probablemente e párrafo anterior define muchos aspectos de la formación de este cocinero que, cabe
resaltar, no debe quedar satisfecho con la información recibida en la escuela,
debe desarrollar y pulir sus habilidades, reconociendo sus propias áreas de
oportunidad y lo que requieren sus comensales, actualizándose e incorporando
nuevos ingredientes.
El Educador Social debe aprender de su aciertos y errores, de las
recetas de los demás, y saber distinguir en qué momento necesita cambiar de
aceite y darle un nuevo sabor a la sopa. Un ejemplo de esta falta de actitud en
nuestro medio la encontramos en el caso de los normalistas en huelga que no
desean adoptar el nuevo plan de estudios, dañando o frenando no sólo su
formación personal sino la de sus futuros alumnos. Un buen Educador Social en
contraste con lo anterior debe tomar una carácter dinámico y optimista, una
mente abierta y debe tener el criterio suficiente para analizar, reflexionar y
mejorar sobre su práctica.
Mercé Romans describe varios tipos de educadores sociales, el
resignado, el tecnologizado, el mediocre o conformista y el creativo, resaltando
la importancia del realismo, la actitud proactiva e invitando al ¿por qué no?
Un presente
Te dejo con esta pequeña receta, no es la única ni pretende ser
perfecta, pero espero que te ayude.
“El Educador Social”
·
Ingredientes:
1.
Pasión
2.
Sazón
3.
Conocimientos
4.
Habilidades
5.
Actitud
·
Modo de preparación:
Debe
cocinarse a fuego lento en la sociedad, crecer observando y analizando como ser
capaz de mejorar y luchar por ofrecer lo mejor de él, dar a aquellos que coman
de su sopa una mejor manera de vivir y no sobrevivir a nuestro mundo cambiante.
Atentamente.
Una futura cocinera…
Referencias.
Moreno,
M., A. (2004). Cuando las brechas se vuelven caminos.
Pereira,
M., A. (1997). Educación en valores: metodología e innovación. México: Trillas.
183 p.
Petrus,
A., A. (1997). España: Pedagogía Social Ariel. pp 9-39.
Ponce
de León, E., A. Los Marginados de la Ciudad.
Romans,
M., A. (2000). Funciones y competencias del Educador Social. España: Paidós.
Qué placentera haces la lectura, Mónica. Creo que no hay forma más precisa de ver la educación, en especial la educación social, que como una receta precisa y calculada para alcanzar a un público conocedor y exigente que necesita un cambio de sabor en el paladar.
ResponderEliminarSigue construyendo y cocinando, que estoy seguro que llegarás a ser una de las mejores cocineras.
Pues más vale tarde que nunca... muchísimas gracias, estoy también segurísima de que usted logrará lo que se propone y llegará a ser un cocinero excelente. Abrazo.
ResponderEliminar